lunes, 15 de diciembre de 2008

Dos poemas para ver los dos lados del espejo




Los deseos de la piel




Mi piel desea, yo solo puedo someterme a su satisfacción.

Aprendí que no puedo ignorarla,

porque cuanto más quise callar su grito, más intensa fue la consecuencia

de caer en la lujuria y el delirio del placer.







Palabras para tu piel




Estás eternamente desnuda; placer perfecto.

te contemplo desde la distancia de mis ojos,

mis manos son atraídas hacia tu cuerpo

y una caricia tiene la suficiente fricción

para que tus sensaciones rompan la noche

en un suspiro que me pertenece.

Te voy haciendo mía, estás arrodillada en mis deseos,

tu cuerpo grita por la necesidad;

el lado trivial del amor.

No hay pudor, tus ojos cerrados me lo dicen.

Tus piernas se abren paso a mi furia: nuestros cuerpos se unen.

Por un momento todo es placer, la vida es placer, el dolor es placer,

los besos, nuestros cuerpos pegajosos, la noche allá afuera; todo es placer.

La tangente del orgasmo se acerca

y nuestras sensaciones se unen en ese punto infinito.

De repente abrimos los ojos y todo parece un sueño

––Debe ser por la ausencia de la sensación del infinito––.

Estás eternamente desnuda; y solo respiramos para recordar como era la vida.



[Protegidos los derechos de autor]


1 comentario:

  1. Tiene mucha fuerza. Me pasearé por tu blog a menudo. Muchas gracias por tus comentarios.

    Besos

    Alice Carroll

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